Expedición Oceanía 2007
Día 1: 31/10/07
El Cielo de Quito me retiene. Son las 11:15pm del 31 de octubre de 2007. El capítulo 6 de mi proyecto Siete Cumbres -Ecuador Sin Límites inicia ahora, su fase más interesante. En cuanto el cielo de Quito se abra y permita condiciones de visibilidad adecuadas, el avión de Delta Airlines que sobrevuela la ciudad desde hace dos horas podrá aterrizar y quienes esperamos impacientes en esta sala del aeropuerto podremos finalmente embarcarnos hacia nuestros destinos. La intensa bruma y esa garúa incesante son un augurio gris que no lograrán intimidarme.
El camino recorrido hasta este momento ha sido retador, toda esa preparación, las madrugadas para entrenar en el parque, las largas jornadas laborales, las horas de esfuerzo en el gimnasio, las innumerables páginas de lectura e investigación de mi objetivo, la Pirámide de Carstenzs. Todo se condensa en estas horas de espera previas a mi partida.
Y las horas pasan. El cielo de Quito se empecina en su afán de retenerme aquí. Los representantes de Delta nos han informado que el avión ha sido dirigido al aeropuerto de Guayaquil, donde cargará pasajeros y combustible y se mantendrá en espera por mejores condiciones climáticas en la capital. Mantengo la esperanza, la compañía se ha dado un compás de espera hasta las 3am. El tiempo pasa y el clima no mejora.
Son las 12am. Otras aerolíneas han decidido cancelar sus vuelos. Los pasajeros están frustrados y expresan su frustración con vehemencia. Quieren respuestas, cuándo podrán continuar su viaje, donde pasarán la noche? Los representantes de las aerolíneas se enfrentan con una situación difícil de manejar, es tarde, la gente está cansada y hambrienta. Muchos se niegan a seguir las instrucciones de abandonar las salas de espera. Algunos amenazan con violencia, el poder de persuasión y negociación de los representantes de las aerolíneas es puesto a prueba.
Delta es la última en tomar la misma decisión, a las 12.15am informan a sus pasajeros que el vuelo se ha cancelado a causa de las condiciones climáticas. Harán lo posible por proseguir la operación luego de las 11 horas de descanso obligatorio para la tripulación. El avión permanecerá en Guayaquil hasta mañana en espera de mejores condiciones climáticas. Me instruyen regresar a las 11am del día siguiente. Mi aventura aún no ha empezado y ya debo acumular 14 horas de retraso. Debo regresar a mi casa y resignarme a la situación. Empiezo a hacer cuentas, estas horas suman aproximadamente el tiempo de espera estimado entre vuelos en los aeropuertos de Atlanta y Los Ángeles, previo al vuelo transpacífico que debe llevarme hasta Hong Kong. Las cosas empiezan a lucir color de hormiga. Si pierdo el vuelo en Los Ángeles, mi aventura habrá terminado aún antes de comenzar.
Día 2, 1/11/07: Finalmente en el aire Son las 11am del 1 de noviembre. Las condiciones climáticas han mejorado sustancialmente. El aeropuerto está abierto, sin embargo el vuelo de Delta no puede despegar de Guayaquil. Una de las pasajeras ha sufrido un colapso y necesita atención médica urgente. La hora de salida se aplaza nuevamente, tal vez para la 1.15pm. Las horas pasan, el tiempo se agota. El avión se aproxima para aterrizar en la pista del aeropuerto de Quito. Sin embargo la partida hacia Atlanta no ocurrirá sino hasta las 2.15pm. La demora acumulada suma 16 horas, me he quedado sin margen de tiempo, cualquier contratiempo adicional, por mínimo que éste sea, en cualquier parte del trayecto hasta Los Ángeles significará la pérdida de mi ticket hasta Hong Kong. Quedarme varado indefinidamente en LA con la consecuente posibilidad de no llegar a Indonesia antes de la fecha prevista para el inicio de la expedición a la Pirámide de Carstensz, significaría un inmenso incremento en los costos de la expedición, y hasta la imposibilidad de poder realizarla.
El vuelo hasta Atlanta es tranquilo, todo parece empezar a cambiar para bien. El paso por inmigración no significa ningún problema y el equipaje es puesto a disposición de los pasajeros en muy poco tiempo. Todo empieza a fluir, chequeo mi mochila en el siguiente vuelo, y llego a la puerta de embarque justo a tiempo para abordar el avión a LA. Pronto estoy en el aire nuevamente, atravieso el territorio Americano de Este a Oeste en un vuelo con viento de cola y cielo despejado; Transcurrirán 4 horas y media antes de tocar tierra nuevamente. Nunca he estado en el aeropuerto de Los Ángeles, apenas tengo una hora y veinte minutos para recuperar mi equipaje, encontrar la Terminal de Cathay Pacific, chequear mi equipaje y pasar los filtros de seguridad. Parece una tarea imposible, pero debo lograrlo. Todo sale bien, corro con mi equipaje a cuestas para cubrir el casi un kilómetro que separa las terminales de Delta y Cathay. Increíblemente lo consigo, soy el último pasajero en abordar el gigantesco Boeing 747. Despego el 2 de Noviembre a la 1.20am; estaré en el aire por las siguientes 14 horas, antes de volver a tocar tierra en la fascinante Hong Kong, la perla del Oriente. Me siento aliviado, todo vuelve a su cause normal.
Día 3, 3/11/07: Hong Kong, la Perla del Oriente: Amanece el 3 de noviembre. He pasado 14 horas seguidas sentado dentro de un avión volando sobre el océano Pacífico. Todo mi cuerpo está entumecido y en especial mis posaderas. Espero con ansias el momento en que el Boeing 747 toque tierra en el territorio chino autónomo de Hong Kong. Esta ciudad ha llamado poderosamente mi atención desde que tengo memoria. Mientras yo crecía, al igual que muchos otros niños de mi generación, aprendí sobre Hong Kong gracias a las películas del legendario Bruce Lee, el rey del Kung Fu. Más tarde, las mini series de televisión Taipan y La Casa Noble, basadas en las famosas novelas del mismo nombre, inflamaron mi imaginación a cerca de este territorio chino que fue gobernado 100 años por la Gran Bretaña; una mezcla única de culturas y tierra de oportunidades para los que creemos en la libre empresa y el libre comercio.
La espectacular bahía natural de Hong Kong, el libre comercio, el influjo de competentes hombres de negocios chinos que huían de la China Comunista y una impecable administración pública, permitieron que en pocos años el territorio se desarrollara para convertirse en el más importante puerto comercial y centro financiero de toda Asia. Finalmente tenía la posibilidad de verlo todo con mis propios ojos; Aprovecharía la escala de 8 horas antes de mi vuelo hacia Jakarta para visitar el distrito financiero, cruzar el puente colgante más largo del mundo, fotografiar la bahía y la espectacular línea de rascacielos que la bordea, y visitar el templo Taoista de Man Mo. Luego de esta increíble experiencia estaba listo para el último tramo aéreo de 4 horas y media hasta la capital de Indonesia.
Mi vuelo aterrizó en suelo indonés a las 8pm, en el horario previsto. En el aeropuerto estuvo para recibirme mi amiga Yanti, quien me ha asistido desde el año 2003 a establecer contactos y hacer los arreglos logísticos locales para la expedición. El viaje a la Pirámide de Carstensz se frustró en más de una ocasión en el pasado debido a la permanente inestabilidad política que impera en la provincia Indonesa de Papua o Irían Jaya. Debido a este y otros factores, el acceso a la montaña permaneció cerrado para extranjeros por varios años hasta julio de 2006. En el último año y medio ha reinado una relativa calma entre las diferentes tribus que habitan la región, así como entre los habitantes aborígenes y la policía y ejercito indonesios. Papua es una de las pocas zonas del mundo en las que las culturas nativas permanecen casi inalteradas y ajenas a los efectos estandarizantez de la globalización. Aquí las guerras se pelean aún con arcos y flechas, rocas y mazos de piedra.
Yanti me da la bienvenida y me conduce a mi hotel. Transitamos por una enorme y congestionada autopista de 8 carriles. En Jakarta viven 19 millones de personas. Sus habitantes vienen de todas las islas del archipiélago, atraídos por las brillantes luces y la esperanza de conseguir trabajos bien remunerados o iniciar negocios que eventualmente los saquen de la pobreza. Es una gran ciudad como tantas otras, con sus vicios y problemas sociales sin resolver.
En el trayecto hacia el hotel Yanti me informó que escuchó en el noticiero local una nota a cerca de disturbios en el pueblo de Timika, Papua, punto previsto de partida para el acercamiento a la montaña. No puedo, sin embargo, precisar la naturaleza o seriedad del problema. Pero lo que me dijo bastó para que yo me llenara de preocupación.
- “Ocurrió algo en Timika en la mañana de hoy”, me dice; “Al parecer dos tribus se tomaron el pueblo y destruyeron la estación de policía”, continua.
- “No lo puedo creer”, le respondo. “Me ha costado tanto esfuerzo y dedicación poder hacer este viaje. Pero tu ya sabes eso.”
- “Si, los habitantes de Papua no cambian. No te preocupes, todo estará bien”, termina.
- “Eso espero, quizá todo se arregle pronto. Llamaré a mi agente tan pronto como lleguemos al hotel”.
Tan pronto como me hube instalado en mi habitación en un céntrico hotel de Jakarta, me dirigí al acceso a Internet más cercano. En efecto, en mi correo tenía un mensaje de mi agente marcado urgente con el siguiente título: “Timika at War – November 5th Carstensz Expedition Cancelled”. Un sudor frío cubrió mi frente. En el mensaje Ferdinand, mi agente, nos informaba a los dos españoles y a mi, miembros de esta expedición, de la situación en el pueblo de Timika y nos pedía cancelar el viaje a Yakarta por motivos de fuerza mayor. Él había enviado el mensaje en la tarde del 3 de noviembre, mientras yo volaba desde Hong Kong. Lo llamé el domingo 4 de noviembre y acordamos reunirnos en el lobby de mi hotel en la mañana del lunes 5.
Día 4, 04/11/07: Descanso obligado en Jakarta: Hoy dormí hasta tarde. Antes de almorzar salí a correr en el parque frente a mi hotel, 8 Km. serán suficientes por ahora. Hace mucho calor y la humedad es sofocante. Pero debo mantenerme en forma para la expedición. Luego de almorzar descanso y me relajo algunas horas en el lobby del hotel. Luego voy a explorar los alrededores y muy pronto encuentro esa señal omnipresente de la globalización, el mall. Es un centro comercial impresionante, lleno de tiendas de las más lujosas marcas. El paseo por el mall me ayuda a relajarme y distraerme de la incertidumbre.
Día 5, 05/11/07: Hoy debía partir hacia Papua: Me levanté temprano para hacer mi sesión anaeróbica, 40 minutos de carrera con cambios de ritmo. Estoy en muy buena forma y debo mantenerme así.
Mientras desayuno leo los titulares del The Jakarta Post, el periódico local en idioma inglés. Uno de ellos lee “Panic sets in as Mt. Kelud erupts”, el otro “Tribesmen riot in Papua”. Volcanes y aborígenes parecen confabularse para impedir mi viaje a Papua, es el primer pensamiento que atraviesa mi mente.
Luego de leer el primer artículo aprendo que el volcán Kelud se encuentra en el este de la isla de Java, lejos de la posible ruta a la Pirámide. El segundo relata la causa de los enfrentamientos tribales en Papua.
Ellos se iniciaron cuando el anciano de la tribu de los Paniani, el venerado Yance Ikomou falleció súbitamente en un confuso incidente en la estación de policía de Timika. Él había acudido a protestar por el arresto de su hijo, quien había sido acusado de perturbar el orden luego de embriagarse.
Al conocer de la muerte del venerado anciano, más de 500 miembros de la tribu Paniani atacaron la estación de policía, cuyos comandantes pertenecían a una tribu antagonista, los Biak. Para repeler el ataque, los policías hicieron disparos de advertencia, uno de los cuales alcanzó a otra víctima, David Gomey.
El conflicto se inflamó y se propago a aldeas vecinas, donde los Paniani saquearon y quemaron 15 casas Biak.
La intervención del ejercito indonés contuvo una propagación mayor del conflicto, pero de acuerdo a las costumbres locales, las guerras ínter tribales solo pueden terminar cuando el número de muertos en los dos bandos se iguala o la tribu que más gente mató acepta pagar una considerable compensación a la otra.
Mientras la situación se resuelve, las autoridades locales han cerrado el acceso a la zona a todo extranjero.
Cuando Ferdinand llega al hotel me confirma la gravedad de la situación. El piensa que la situación no se resolverá en menos de una semana. Y aun si se resuelve, él no está seguro de que los otros miembros españoles de la expedición puedan o quieran venir a Indonesia cuando eso se resuelva.
- “Ferdinand debemos encontrar una solución”, le digo.
- “Por ahora solo podemos esperar hasta que las cosas se calmen en Papua”, me responde. Una vez que eso suceda me comunicaré contigo y con los españoles. Lo siento, por ahora es imposible viajar a Papua.”
- “He esperado mucho tiempo para hacer esta expedición Ferdinand. Pienso que es posible encontrar una alternativa. Quizá podríamos viajar a Jayawijaya e intentar la aproximación por otra ruta.”
- “Es demasiado arriesgado, además la zona esta controlada por la guerrilla.”
- “Ya he tenido experiencias similares”, le digo. “Hace un año, cuando hacía la aproximación al Everest, se desató un enfrentamiento entre el ejercito nepalí y la guerrilla Maoísta. En esa ocasión fue necesario negociar con ellos para conseguir paso, se puede hacer.”
- “La gente de Papua es diferente, no se puede razonar con ellos”, me dice.
- “Ok, Ferdinand, vamos a esperar unos días hasta que las cosas se tranquilicen en Timika. Yo se que puedes encontrar una solución para este problema.”
- “Vamos a esperar, me mantendré en contacto.”
Día 6, 06/11/07: Empieza el compás de espera: Las negociaciones de paz han empezado en Timika. El ejército ha tomado el control de la zona y se ha formado una comisión integrada por el comandante en jefe de la policía de la isla, el regente del territorio de Timika y los jefes de las tribus en conflicto. Procederán con los elaborados rituales de paz y el acuerdo de las compensaciones a ser pagadas a la tribu Paniani.
Día 7, 07/11/07: Las negociaciones de paz continúan: Los Paniani han expresado sus demandas y estas están siendo consideradas por las autoridades y los Biak. El acceso a Papua sigue restringido. Hablo con Ferdinand y me indica que debemos seguir esperando, al menos hasta el final de la semana.
Decido hacer un city tour para conocer algo más de Yakarta y sus alrededores. Visito el parque Taman Mini Indonesia INDA, un parque de 100 hectáreas que alberga una muestra en escala natural de una casa tradicional de cada una de las provincias que conforman Indonesia y muestran las costumbres, tradiciones y vestimenta típica de las numerosas etnias que habitan las islas. Es extraordinariamente interesante la cultura y las artes de este país.
El tamaño de Yakarta me desconcierta, 19 millones de personas la habitan. Las calles y avenidas están plagadas de millones de motociclistas temerarios, buses y automóviles de todas las marcas y tamaños. El ruido y la congestión son incesantes.
Día 8, 08/11/07: Debo mantenerme en forma: Las autoridades y los Paniani han alcanzado un acuerdo de paz. La ejecución de los términos tomará al menos un par de días. Ferdinand me informa que intentará convencer a los españoles para vengan a Indonesia para iniciar la expedición el 16 de noviembre. Buscará también un plan B pero no tendrá noticias hasta el 12 de noviembre.
Yo debo mantenerme en forma, me preocupa perder la aclimatación necesaria para acometer la ascensión a la Pirámide de Carstensz. Yakarta se encuentra a apenas 190msnm. Pero en Java está llena de volcanes. Descubro que el volcán más alto de este lado de la isla es el Pangrango, con 3019 metros de altitud y a ocho horas de viaje por tierra desde la ciudad. Iré y subiré hasta su cumbre.
Día 9, 09/11/07: La ascensión al volcán más alto del oeste de Java: El viaje hasta la base de la montaña me ha permitido apreciar la belleza natural de esta isla y tener un contacto más cercano con su cultura e historia. Por cerca de tres siglos, Java estuvo bajo el dominio de los Holandeses, primero como una dependencia de la Compañía de las Indias Orientales y luego como una colonia de la corona Holandesa. Durante los años de dominación holandesa se desarrollaron gigantescas plantaciones de té, café y especias. Esas plantaciones sobreviven aun, y cubren las vastas superficies en las tierras altas de la isla. Hoy en día son propiedad estatal y son operadas por trabajadores agrícolas contratados por el gobierno central. Las plantaciones de té se interrumpen para dar paso a inmensos campos de arroz cultivados con las mismas técnicas tradicionales que hace cientos de años. Es aparente la prodigiosa fertilidad de estas tierras. Indonesia consume 50 millones de toneladas de arroz por mes y la mayor parte se produce en esta zona. En la ruta abundan los puestos de venta de frutas tropicales, mangos, piñas, bananas, melones, por momentos pienso que estoy viajando por la ruta a Santo Domingo de los Colorados.
Llego a la base de la montaña pasadas las 4pm. En ella se encuentra la entrada al parque nacional Gede Pangrango y está a una altitud de 1500msnm. La ascensión a la cumbre representará una considerable ganancia de altitud, 1519 metros verticales. En comparación, para alcanzar la cumbre del Cotopaxi desde el refugio es necesario ascender 1096 metros verticales. Este definitivamente será un buen entrenamiento!
Luego de registrarnos con los guarda parques, mi guía Inra y yo iniciamos la ascensión. El cielo está cubierto y amenaza lluvia, pero Inra insiste en que no tendremos problemas. Tenemos chompas impermeables, me dice, y siempre podremos refugiarnos en las pequeñas cabañas que están a poco más de una hora de marcha. La predicción se cumple, la lluvia empieza a caer casi al mismo tiempo en que llegamos a las desvencijadas cabañas. Están en ruinas, plagadas de insectos de todo tipo, pero tienen unas esteras en el piso y nos servirán bien como un refugio temporal. Se ha desatado una fuerte lluvia tropical. Parece que el cielo se nos viene encima. Aprovecharemos para dormir unas horas mientras la tormenta amaina. Afortunadamente traje conmigo la funda de bivouc, no será una protección muy efectiva para el frío pero definitivamente mantendrá a los insectos lejos de mí.
Día 10, 10/11/07: La ascensión al volcán más alto del oeste de Java, segunda parte. Es la 1.30am. La lluvia ha dejado de caer. Inra y yo nos preparamos para continuar el ascenso. Hace frío. Empezamos a caminar por el sendero que se adentra más y más en el espeso bosque tropical. Apenas podemos ver uno metros adelante gracias a las linternas que llevamos. Le pregunto a Inra sobre la fauna que habita el lugar. La lista incluye una gran variedad de pájaros, monos, una especie particular de venados, serpientes y hasta leopardos. Inra me pregunta si alguna vez he tenido un encuentro cercano con un animal salvaje. Afortunadamente no, le digo, y espero que eso siga así. Él, por su parte, fue perseguido una vez por un tigre en su isla natal, Sumatra. Escapó a sus garras de milagro trepando a un árbol. Bueno, si un leopardo nos ataca, usaremos la misma táctica para escapar, no hay problema.
La ascensión es más dura de lo que me imaginé. Es un volcán muy empinado y el bosque tropical por el cual debemos abrirnos paso es muy espeso. Los ruidos de animales nos acompañan durante toda la noche. Es toda una experiencia. Pasamos junto a un lago, luego escuchamos varias cascadas; Casi al amanecer, a una altura de 2500 metros encontramos vertientes de aguas termales, el vapor que producen envuelve la vegetación y crea un ambiente casi mágico. El agua debe tener una temperatura de al menos 60 grados centígrados.
La última parte de la ascensión se me hace interminable. Es como una gigantesca escalera entre árboles gigantes cubiertos de lianas. El esfuerzo es enorme, la temperatura y la humedad sofocantes. 8.30am. Estamos en el punto más alto del Pangrango. Imposible ver el cráter, la montaña ha sido envuelta por una densa neblina. Luego de alimentarnos e hidratarnos, Inra y yo iniciamos el descenso. Nos tomará otras 7 horas de esfuerzo continuo regresar hasta la entrada al parque.
Día 11, 11/11/07: La espera continúa: De vuelta en Yakarta, me pongo en contacto con Ferdinand. Tiene noticias alentadoras. Las cosas se ha normalizado en Timika y ha contactado a otro escalador interesado en hacer la cumbre de la Pirámide. Todavía no tiene confirmación pero piensa que podremos viajar a Papua el 17 de Noviembre.
Día 12, 12/11/07: Otro día en Yakarta: Un nuevo contratiempo, el otro escalador perdió el interés. Ferdinand me informa que no puede cubrir sus costos de operación con un solo escalador. Debo encontrar una manera de llegar a la montaña.
Día 14, 14/11/07: El desastre parece inevitable:
Ferdinand se comunicó conmigo. Me informó que mi permiso para realizar el trekking de aproximación a la montaña, el Suran Jalan, expiraba en esa fecha. Todo el esfuerzo realizado durante el año anterior a mi viaje parecía haberse perdido. No en vano la Pirámide de Carstensz ha sido catalogada coma la más esquiva de las Siete Cumbres.
- “Ferdinand, he esperado cuatro años para tener la oportunidad de escalar la Pirámide, hemos trabajado en esto muy duro, no podemos darnos por vencidos, debe existir una alternativa”.
- “Lo siento, pero por ahora no puedo ayudarte. Quizá podamos volver a intentarlo en diciembre, podría trabajar en obtener un nuevo permiso para entonces”.
- “Esa no es una opción Ferdinand, mi visa me permite permanecer en Indonesia por un total de 30 días, y aun si fuera posible obtener una extensión, yo debo regresar a mi trabajo el 28 de noviembre. Por otro lado tengo un compromiso con mis patrocinadores. Si no logramos encontrar una alternativa pronto, es casi seguro que yo no tenga otra oportunidad”.
- “Uhm. Es arriesgado y será más costoso, pero podríamos intentar una aproximación por el territorio prohibido hacia el suroeste de la montaña. Si tomamos esta opción, no puedo garantizar que logremos llegar a la montaña o tu seguridad personal”.
- “Estoy dispuesto a tomar el riesgo, no he viajado medio mundo para darme por vencido sin darle mi mejor esfuerzo. ¡Hagámoslo!”.
Ferdinand y yo acordamos los nuevos términos. Él viajaría a Papua el día siguiente para hacer los arreglos necesarios. Yo debía permanecer en Jakarta y esperar noticias hasta el 17 de noviembre. Pasaron otros tres días de angustiosa espera.
Día 16, 16/11/07: Con rumbo a Papua, finalmente.
Al final de la tarde del viernes 16 de noviembre, un colaborador de Ferdinand me encontró en mi hotel. Traía buenas noticias, yo podría viajar a Papua en la madrugada del 18 de noviembre. Un conductor me recogería en el hotel a las 3am para llevarme al aeropuerto. Sería un viaje por aire de seis horas. Ferdinand me esperaría en el aeropuerto de Timika para facilitar mi entrada.
Día 18, 18/11/07: Las 3 horas más angustiosas de mi vida.
El día empezó muy temprano. Mi vuelo partió a las 5.30am y aterrizó en Papua a la 1.45pm, hora local. La diferencia horaria entre Jakarta y mi destino era de dos horas.
El pequeño y desorganizado aeropuerto estaba desbordado, el mal tiempo había causado un retrazo en los vuelos y cuatro aviones habían aterrizado casi simultáneamente. Esto había causado una aglomeración de pasajeros que facilitó mi discreto paso por los puntos de control. Por supuesto, Ferdinand caminaba frente a mí, asegurándose de que los policías miraran hacia otro lado. Debía guardar un perfil bajo y no levantar ninguna sospecha.
Luego de salir del aeropuerto nos dirigimos hacia un pequeño restaurante. Ferdinand me había hablado de la excelente comida de mar que se podía disfrutar en Papua. Me ofrecieron una sopa de pescado y calamar, acompañada por una fuente de camarones en ajo como los que se comen en nuestro Ecuador. Me quedé sorprendido al saber que Papua es uno de los mayores productores mundiales de esos camarones tan grandes y exquisitos. Luego de ser capturados en las aguas de Papua, los crustáceos son vendidos en alta mar a buques chinos, taiwaneses y australianos para luego ser revendidos en los mercados internacionales donde compiten en calidad con los nuestros. Este es un pequeño mundo lleno de sorpresas, pensé.
Luego de terminar el festín, Ferdinand me describió las líneas generales de cómo se realizaría la operación de infiltrado a través del territorio prohibido. Siempre cuidadoso de no revelar demasiados detalles, me explicó que yo atravesaría la zona al amparo de la oscuridad de la noche y escondido en un transporte especial. La operación comenzaría a una hora indeterminada, una vez que sus contactos le confirmaran que las condiciones eran favorables. Yo sería custodiado por dos elementos armados.
Ferdinand recibió la llamada que confirmaba el inicio de la operación a las 7.30pm. A las 8.30pm habíamos llegado al sitio donde debía abordar el transporte especial. Fue cuando supe que Ferdinand no me acompañaría durante el resto del viaje. “Yo no soy el guía” me dijo. “Todo estará bien. Estos guardias te acompañaran hasta Zebra Wall”. Ese nombre me era familiar, pensé que no sería difícil encontrar el camino hasta el campo base desde ahí. Antes de que yo abordara el transporte, Ferdinand me recordó que debía permanecer oculto hasta que quienes me custodiaban me indicaran que habíamos llegado al destino. Además debía seguir sus instrucciones sin cuestionarlas. “No debes hacer nada que los alarme”, me dijo, “ellos no dudaran en hacer uso de sus armas”. No puedo divulgar más detalles de lo que fue la experiencia de atravesar el territorio prohibido, solo diré que las tres horas y media que tomó esa travesía han sido las más angustiosas que yo recuerde haber vivido. En ese lapso de tiempo ascendí de 300msnsm hasta 3900msnm. Pasadas las 11.30pm, el transporte especial me depositaba en el límite opuesto del territorio prohibido.
Para mi sorpresa, ahí me esperaba Jhonny, quien había sido el cocinero de una expedición comercial que había ingresado al campo base de la Pirámide en helicóptero unos días antes; Él era uno de los miembros del equipo que lideraba Ferdinand. Jhonny me acompañaría el resto del camino hasta el campo base, un trekking de aproximadamente dos horas y media que nos haría ganar otros trescientos metros de desnivel vertical. Jhonny no estaba en su mejor forma y su paso era lento. La lluvia y la oscuridad de la noche dificultaban la orientación en este territorio extraño. Poco a poco fuimos ganando altitud y cubriendo la distancia sobre terreno pantanoso, páramo y rocas. A las 2.30am finalmente estaba instalado en mi tienda y podía descansar dentro de mi saco de dormir. La agotadora jornada había terminado. O eso pensé.
Día 19, 19/11/07: Frente a mi objetivo
He dormido muy poco. El frío intenso penetró con facilidad la delgada capa aislante de mi saco de dormir y he temblado toda la noche. A las 9am Jhonny vino a buscarme a mi tienda. Lo acompañaba Denny, otro colaborador de Ferdinand, quien había sido el guía de la expedición internacional de días anteriores. Los organizadores de esa expedición internacional habían subcontratado la logística con el equipo de Ferdinand. Denny se presentó e inmediatamente surgió una camaradería entre él y yo.
Durante el desayuno aproveché para conocer más acerca de mis compañeros. Luego de desayunar fui a reconocer la ruta hasta la base de la Pirámide e identificar la línea de ascenso para el ataque a la cumbre. Denny no quiso acompañarme. Se sentía fatigado y había hecho ese trayecto muchas veces. El campo base se encontraba en un valle aledaño a aquel que está flanqueado por la pared Norte de la Pirámide. Me dirigí hacia el sur, ascendiendo hasta la arista que divide los dos valles. Desde ahí pude ver con claridad la línea de ascenso. La pared Norte se elevaba imponente desde el fondo del valle, de manera casi vertical, unos ochocientos metros hasta terminar en la arista de cumbre. Finalmente tenía frente a mí al coloso más alto de Oceanía. Al siguiente día se daría nuestro encuentro definitivo.
Regresé al campo pasada la 1.30pm. Jhonny se había esmerado en la preparación de un nutritivo almuerzo. Denny me anunció que debíamos abandonar el campo base en la tarde del siguiente día, pues el transporte especial que nos sacaría de Zebra Wall a Timika a través del territorio prohibido nos recogería en algún momento entre las 8 y las 10pm. Por esta razón debíamos partir con rumbo a la cumbre a más tardar a las 4am y procurar estar en la cumbre a más tardar a las 10am. Durante el resto de la tarde, procuré descansar y relajarme. La jornada del día siguiente sería otra agotadora prueba de resistencia.
Día 20; 20/11/07: El ascenso a la cima más alta de Oceanía
A las 4.30am, luego de desayunar e hidratarnos, Denny y yo partimos hacia el sur con rumbo a la pared Norte de la Pirámide. Hacemos el trekking hasta su base en menos de una hora, a un paso muy ligero. Una vez en la base, nos ponemos los arneses y cascos de protección, y verificamos el material. Denny será el fotógrafo y camarógrafo. Nos alternaremos en la punta para realizar el ascenso con rapidez y seguridad. Debemos llegar a la cima en cuatro horas o menos y regresar al campo base a más tardar a la 1.30pm. Estamos listos.
Vista desde este ángulo la Pared Norte luce aun más intimidante. Al inicio de la escalada es necesario superar un contra plomo, lo hacemos con solvencia. La roca caliza es extremadamente áspera y muy dura. No faltan los puntos de apoyo, las suelas de mis botas tienen una excelente fricción. Una tras otra negociamos las chimeneas que conducen hasta nuestro objetivo. En las secciones más expuestas no puedo evitar pensar en lo afiladas que están las cuchillas de piedra que forman las paredes de esta montaña. Un resbalón y la caída subsiguiente seguramente causarían profundos cortes en el cuerpo de cualquier escalador al deslizarse sobre ellas. Mi concentración se agudiza con cada movimiento.
A las 7.45am alcanzamos una gran repisa que precede la última sección técnica antes de la arista de cumbre. Una pared casi vertical, son unos 60 metros los que nos separan de ella. Treinta minutos son suficientes para negociar esta sección. A las 8.15am alcanzamos la arista de cumbre. Desde aquí proseguimos hacia el este, sobre una superficie formada por innumerables agujas de roca caliza, hasta que súbitamente llegamos a una ancha y profunda grieta. La cruzamos usando la tirolina instalada, deslizándonos unos 25 metros sobre las cuerdas, colgados de la polea sobre el vacío a gran altura. Esta tirolina ha sido la más larga y ardua que yo haya realizado.
La maniobra en la tirolina consume una enorme cantidad de energía. Estoy agotado y todos los músculos de mi cuerpo tiemblan. Mi concentración flaquea. La siguiente sección hacia la cumbre guarda todavía un paso delicado, otra grieta de poco más de un metro de ancho que requiere de un descuelgue y un salto de un metro entre dos rocas sobre el vacío. Mi confianza me traiciona. Debo sobreponerme. Adelante, la cumbre esta cerca. Tardo en recuperar mi ánimo pero finalmente logro. Supero el obstáculo. El camino a la cumbre está ahora totalmente despejado. Unos pasos más y ya esta. A las 9.55am, me convierto en el primer ecuatoriano en pisar la cumbre más alta de Oceanía. Orgullosamente hago flamear la bandera de Ecuador en la cima de la Pirámide Carstensz. La alegría me desborda, Denny y yo disfrutamos por 40 minutos de las espectaculares vistas; Hemos logrado la mitad de nuestra misión, son las 10.30am, ahora debemos descender con rapidez y seguridad.
Uno tras otro realizamos los descuelgues hasta la base de la montaña. La técnica y precaución aplicadas nos permiten descender hasta el valle con solvencia y seguridad. A la 1.30pm, tal como habíamos planeado, estamos ya de vuelta en el campo base, donde Jhonny nos espera con un sustancioso almuerzo. Es una justa recompensa al esfuerzo realizado. Luego de reponer las energías, desmontamos el campamento. Es un atardecer idílico en el Valle Amarillo, donde se instaló el campo base. Lamento no poder quedarme unos días para explorar estos valles que a momentos me recuerdan un paisaje lunar y escalar otros picos de la zona. El Ngapalu, la segunda cima más alta de Oceanía está a medio día de camino, esa montaña guarda el último remanente de los gigantescos glaciares tropicales que una vez cubrieron toda esta zona. Quizá sea bueno, así tendré una razón para volver. A las 5pm, con mochila al hombro emprendemos el camino cuesta abajo hacia Zebra Wall. A las 6.30pm llegamos al punto donde nos recogería el transporte especial. A las 9.30pm nos embarcamos con rumbo a Timika. Podía finalmente relajarme y disfrutar la satisfacción de haber realizado el primer ascenso ecuatoriano a la cima más alta de Oceanía, y mi sexta cumbre en el proyecto Siete Cumbres – Ecuador Sin Limites. He dado un gran paso hacia la conclusión exitosa del mismo.
El Cielo de Quito me retiene. Son las 11:15pm del 31 de octubre de 2007. El capítulo 6 de mi proyecto Siete Cumbres -Ecuador Sin Límites inicia ahora, su fase más interesante. En cuanto el cielo de Quito se abra y permita condiciones de visibilidad adecuadas, el avión de Delta Airlines que sobrevuela la ciudad desde hace dos horas podrá aterrizar y quienes esperamos impacientes en esta sala del aeropuerto podremos finalmente embarcarnos hacia nuestros destinos. La intensa bruma y esa garúa incesante son un augurio gris que no lograrán intimidarme.
El camino recorrido hasta este momento ha sido retador, toda esa preparación, las madrugadas para entrenar en el parque, las largas jornadas laborales, las horas de esfuerzo en el gimnasio, las innumerables páginas de lectura e investigación de mi objetivo, la Pirámide de Carstenzs. Todo se condensa en estas horas de espera previas a mi partida.
Y las horas pasan. El cielo de Quito se empecina en su afán de retenerme aquí. Los representantes de Delta nos han informado que el avión ha sido dirigido al aeropuerto de Guayaquil, donde cargará pasajeros y combustible y se mantendrá en espera por mejores condiciones climáticas en la capital. Mantengo la esperanza, la compañía se ha dado un compás de espera hasta las 3am. El tiempo pasa y el clima no mejora.
Son las 12am. Otras aerolíneas han decidido cancelar sus vuelos. Los pasajeros están frustrados y expresan su frustración con vehemencia. Quieren respuestas, cuándo podrán continuar su viaje, donde pasarán la noche? Los representantes de las aerolíneas se enfrentan con una situación difícil de manejar, es tarde, la gente está cansada y hambrienta. Muchos se niegan a seguir las instrucciones de abandonar las salas de espera. Algunos amenazan con violencia, el poder de persuasión y negociación de los representantes de las aerolíneas es puesto a prueba.
Delta es la última en tomar la misma decisión, a las 12.15am informan a sus pasajeros que el vuelo se ha cancelado a causa de las condiciones climáticas. Harán lo posible por proseguir la operación luego de las 11 horas de descanso obligatorio para la tripulación. El avión permanecerá en Guayaquil hasta mañana en espera de mejores condiciones climáticas. Me instruyen regresar a las 11am del día siguiente. Mi aventura aún no ha empezado y ya debo acumular 14 horas de retraso. Debo regresar a mi casa y resignarme a la situación. Empiezo a hacer cuentas, estas horas suman aproximadamente el tiempo de espera estimado entre vuelos en los aeropuertos de Atlanta y Los Ángeles, previo al vuelo transpacífico que debe llevarme hasta Hong Kong. Las cosas empiezan a lucir color de hormiga. Si pierdo el vuelo en Los Ángeles, mi aventura habrá terminado aún antes de comenzar.
Día 2, 1/11/07: Finalmente en el aire Son las 11am del 1 de noviembre. Las condiciones climáticas han mejorado sustancialmente. El aeropuerto está abierto, sin embargo el vuelo de Delta no puede despegar de Guayaquil. Una de las pasajeras ha sufrido un colapso y necesita atención médica urgente. La hora de salida se aplaza nuevamente, tal vez para la 1.15pm. Las horas pasan, el tiempo se agota. El avión se aproxima para aterrizar en la pista del aeropuerto de Quito. Sin embargo la partida hacia Atlanta no ocurrirá sino hasta las 2.15pm. La demora acumulada suma 16 horas, me he quedado sin margen de tiempo, cualquier contratiempo adicional, por mínimo que éste sea, en cualquier parte del trayecto hasta Los Ángeles significará la pérdida de mi ticket hasta Hong Kong. Quedarme varado indefinidamente en LA con la consecuente posibilidad de no llegar a Indonesia antes de la fecha prevista para el inicio de la expedición a la Pirámide de Carstensz, significaría un inmenso incremento en los costos de la expedición, y hasta la imposibilidad de poder realizarla.
El vuelo hasta Atlanta es tranquilo, todo parece empezar a cambiar para bien. El paso por inmigración no significa ningún problema y el equipaje es puesto a disposición de los pasajeros en muy poco tiempo. Todo empieza a fluir, chequeo mi mochila en el siguiente vuelo, y llego a la puerta de embarque justo a tiempo para abordar el avión a LA. Pronto estoy en el aire nuevamente, atravieso el territorio Americano de Este a Oeste en un vuelo con viento de cola y cielo despejado; Transcurrirán 4 horas y media antes de tocar tierra nuevamente. Nunca he estado en el aeropuerto de Los Ángeles, apenas tengo una hora y veinte minutos para recuperar mi equipaje, encontrar la Terminal de Cathay Pacific, chequear mi equipaje y pasar los filtros de seguridad. Parece una tarea imposible, pero debo lograrlo. Todo sale bien, corro con mi equipaje a cuestas para cubrir el casi un kilómetro que separa las terminales de Delta y Cathay. Increíblemente lo consigo, soy el último pasajero en abordar el gigantesco Boeing 747. Despego el 2 de Noviembre a la 1.20am; estaré en el aire por las siguientes 14 horas, antes de volver a tocar tierra en la fascinante Hong Kong, la perla del Oriente. Me siento aliviado, todo vuelve a su cause normal.
Día 3, 3/11/07: Hong Kong, la Perla del Oriente: Amanece el 3 de noviembre. He pasado 14 horas seguidas sentado dentro de un avión volando sobre el océano Pacífico. Todo mi cuerpo está entumecido y en especial mis posaderas. Espero con ansias el momento en que el Boeing 747 toque tierra en el territorio chino autónomo de Hong Kong. Esta ciudad ha llamado poderosamente mi atención desde que tengo memoria. Mientras yo crecía, al igual que muchos otros niños de mi generación, aprendí sobre Hong Kong gracias a las películas del legendario Bruce Lee, el rey del Kung Fu. Más tarde, las mini series de televisión Taipan y La Casa Noble, basadas en las famosas novelas del mismo nombre, inflamaron mi imaginación a cerca de este territorio chino que fue gobernado 100 años por la Gran Bretaña; una mezcla única de culturas y tierra de oportunidades para los que creemos en la libre empresa y el libre comercio.
La espectacular bahía natural de Hong Kong, el libre comercio, el influjo de competentes hombres de negocios chinos que huían de la China Comunista y una impecable administración pública, permitieron que en pocos años el territorio se desarrollara para convertirse en el más importante puerto comercial y centro financiero de toda Asia. Finalmente tenía la posibilidad de verlo todo con mis propios ojos; Aprovecharía la escala de 8 horas antes de mi vuelo hacia Jakarta para visitar el distrito financiero, cruzar el puente colgante más largo del mundo, fotografiar la bahía y la espectacular línea de rascacielos que la bordea, y visitar el templo Taoista de Man Mo. Luego de esta increíble experiencia estaba listo para el último tramo aéreo de 4 horas y media hasta la capital de Indonesia.
Mi vuelo aterrizó en suelo indonés a las 8pm, en el horario previsto. En el aeropuerto estuvo para recibirme mi amiga Yanti, quien me ha asistido desde el año 2003 a establecer contactos y hacer los arreglos logísticos locales para la expedición. El viaje a la Pirámide de Carstensz se frustró en más de una ocasión en el pasado debido a la permanente inestabilidad política que impera en la provincia Indonesa de Papua o Irían Jaya. Debido a este y otros factores, el acceso a la montaña permaneció cerrado para extranjeros por varios años hasta julio de 2006. En el último año y medio ha reinado una relativa calma entre las diferentes tribus que habitan la región, así como entre los habitantes aborígenes y la policía y ejercito indonesios. Papua es una de las pocas zonas del mundo en las que las culturas nativas permanecen casi inalteradas y ajenas a los efectos estandarizantez de la globalización. Aquí las guerras se pelean aún con arcos y flechas, rocas y mazos de piedra.
Yanti me da la bienvenida y me conduce a mi hotel. Transitamos por una enorme y congestionada autopista de 8 carriles. En Jakarta viven 19 millones de personas. Sus habitantes vienen de todas las islas del archipiélago, atraídos por las brillantes luces y la esperanza de conseguir trabajos bien remunerados o iniciar negocios que eventualmente los saquen de la pobreza. Es una gran ciudad como tantas otras, con sus vicios y problemas sociales sin resolver.
En el trayecto hacia el hotel Yanti me informó que escuchó en el noticiero local una nota a cerca de disturbios en el pueblo de Timika, Papua, punto previsto de partida para el acercamiento a la montaña. No puedo, sin embargo, precisar la naturaleza o seriedad del problema. Pero lo que me dijo bastó para que yo me llenara de preocupación.
- “Ocurrió algo en Timika en la mañana de hoy”, me dice; “Al parecer dos tribus se tomaron el pueblo y destruyeron la estación de policía”, continua.
- “No lo puedo creer”, le respondo. “Me ha costado tanto esfuerzo y dedicación poder hacer este viaje. Pero tu ya sabes eso.”
- “Si, los habitantes de Papua no cambian. No te preocupes, todo estará bien”, termina.
- “Eso espero, quizá todo se arregle pronto. Llamaré a mi agente tan pronto como lleguemos al hotel”.
Tan pronto como me hube instalado en mi habitación en un céntrico hotel de Jakarta, me dirigí al acceso a Internet más cercano. En efecto, en mi correo tenía un mensaje de mi agente marcado urgente con el siguiente título: “Timika at War – November 5th Carstensz Expedition Cancelled”. Un sudor frío cubrió mi frente. En el mensaje Ferdinand, mi agente, nos informaba a los dos españoles y a mi, miembros de esta expedición, de la situación en el pueblo de Timika y nos pedía cancelar el viaje a Yakarta por motivos de fuerza mayor. Él había enviado el mensaje en la tarde del 3 de noviembre, mientras yo volaba desde Hong Kong. Lo llamé el domingo 4 de noviembre y acordamos reunirnos en el lobby de mi hotel en la mañana del lunes 5.
Día 4, 04/11/07: Descanso obligado en Jakarta: Hoy dormí hasta tarde. Antes de almorzar salí a correr en el parque frente a mi hotel, 8 Km. serán suficientes por ahora. Hace mucho calor y la humedad es sofocante. Pero debo mantenerme en forma para la expedición. Luego de almorzar descanso y me relajo algunas horas en el lobby del hotel. Luego voy a explorar los alrededores y muy pronto encuentro esa señal omnipresente de la globalización, el mall. Es un centro comercial impresionante, lleno de tiendas de las más lujosas marcas. El paseo por el mall me ayuda a relajarme y distraerme de la incertidumbre.
Día 5, 05/11/07: Hoy debía partir hacia Papua: Me levanté temprano para hacer mi sesión anaeróbica, 40 minutos de carrera con cambios de ritmo. Estoy en muy buena forma y debo mantenerme así.
Mientras desayuno leo los titulares del The Jakarta Post, el periódico local en idioma inglés. Uno de ellos lee “Panic sets in as Mt. Kelud erupts”, el otro “Tribesmen riot in Papua”. Volcanes y aborígenes parecen confabularse para impedir mi viaje a Papua, es el primer pensamiento que atraviesa mi mente.
Luego de leer el primer artículo aprendo que el volcán Kelud se encuentra en el este de la isla de Java, lejos de la posible ruta a la Pirámide. El segundo relata la causa de los enfrentamientos tribales en Papua.
Ellos se iniciaron cuando el anciano de la tribu de los Paniani, el venerado Yance Ikomou falleció súbitamente en un confuso incidente en la estación de policía de Timika. Él había acudido a protestar por el arresto de su hijo, quien había sido acusado de perturbar el orden luego de embriagarse.
Al conocer de la muerte del venerado anciano, más de 500 miembros de la tribu Paniani atacaron la estación de policía, cuyos comandantes pertenecían a una tribu antagonista, los Biak. Para repeler el ataque, los policías hicieron disparos de advertencia, uno de los cuales alcanzó a otra víctima, David Gomey.
El conflicto se inflamó y se propago a aldeas vecinas, donde los Paniani saquearon y quemaron 15 casas Biak.
La intervención del ejercito indonés contuvo una propagación mayor del conflicto, pero de acuerdo a las costumbres locales, las guerras ínter tribales solo pueden terminar cuando el número de muertos en los dos bandos se iguala o la tribu que más gente mató acepta pagar una considerable compensación a la otra.
Mientras la situación se resuelve, las autoridades locales han cerrado el acceso a la zona a todo extranjero.
Cuando Ferdinand llega al hotel me confirma la gravedad de la situación. El piensa que la situación no se resolverá en menos de una semana. Y aun si se resuelve, él no está seguro de que los otros miembros españoles de la expedición puedan o quieran venir a Indonesia cuando eso se resuelva.
- “Ferdinand debemos encontrar una solución”, le digo.
- “Por ahora solo podemos esperar hasta que las cosas se calmen en Papua”, me responde. Una vez que eso suceda me comunicaré contigo y con los españoles. Lo siento, por ahora es imposible viajar a Papua.”
- “He esperado mucho tiempo para hacer esta expedición Ferdinand. Pienso que es posible encontrar una alternativa. Quizá podríamos viajar a Jayawijaya e intentar la aproximación por otra ruta.”
- “Es demasiado arriesgado, además la zona esta controlada por la guerrilla.”
- “Ya he tenido experiencias similares”, le digo. “Hace un año, cuando hacía la aproximación al Everest, se desató un enfrentamiento entre el ejercito nepalí y la guerrilla Maoísta. En esa ocasión fue necesario negociar con ellos para conseguir paso, se puede hacer.”
- “La gente de Papua es diferente, no se puede razonar con ellos”, me dice.
- “Ok, Ferdinand, vamos a esperar unos días hasta que las cosas se tranquilicen en Timika. Yo se que puedes encontrar una solución para este problema.”
- “Vamos a esperar, me mantendré en contacto.”
Día 6, 06/11/07: Empieza el compás de espera: Las negociaciones de paz han empezado en Timika. El ejército ha tomado el control de la zona y se ha formado una comisión integrada por el comandante en jefe de la policía de la isla, el regente del territorio de Timika y los jefes de las tribus en conflicto. Procederán con los elaborados rituales de paz y el acuerdo de las compensaciones a ser pagadas a la tribu Paniani.
Día 7, 07/11/07: Las negociaciones de paz continúan: Los Paniani han expresado sus demandas y estas están siendo consideradas por las autoridades y los Biak. El acceso a Papua sigue restringido. Hablo con Ferdinand y me indica que debemos seguir esperando, al menos hasta el final de la semana.
Decido hacer un city tour para conocer algo más de Yakarta y sus alrededores. Visito el parque Taman Mini Indonesia INDA, un parque de 100 hectáreas que alberga una muestra en escala natural de una casa tradicional de cada una de las provincias que conforman Indonesia y muestran las costumbres, tradiciones y vestimenta típica de las numerosas etnias que habitan las islas. Es extraordinariamente interesante la cultura y las artes de este país.
El tamaño de Yakarta me desconcierta, 19 millones de personas la habitan. Las calles y avenidas están plagadas de millones de motociclistas temerarios, buses y automóviles de todas las marcas y tamaños. El ruido y la congestión son incesantes.
Día 8, 08/11/07: Debo mantenerme en forma: Las autoridades y los Paniani han alcanzado un acuerdo de paz. La ejecución de los términos tomará al menos un par de días. Ferdinand me informa que intentará convencer a los españoles para vengan a Indonesia para iniciar la expedición el 16 de noviembre. Buscará también un plan B pero no tendrá noticias hasta el 12 de noviembre.
Yo debo mantenerme en forma, me preocupa perder la aclimatación necesaria para acometer la ascensión a la Pirámide de Carstensz. Yakarta se encuentra a apenas 190msnm. Pero en Java está llena de volcanes. Descubro que el volcán más alto de este lado de la isla es el Pangrango, con 3019 metros de altitud y a ocho horas de viaje por tierra desde la ciudad. Iré y subiré hasta su cumbre.
Día 9, 09/11/07: La ascensión al volcán más alto del oeste de Java: El viaje hasta la base de la montaña me ha permitido apreciar la belleza natural de esta isla y tener un contacto más cercano con su cultura e historia. Por cerca de tres siglos, Java estuvo bajo el dominio de los Holandeses, primero como una dependencia de la Compañía de las Indias Orientales y luego como una colonia de la corona Holandesa. Durante los años de dominación holandesa se desarrollaron gigantescas plantaciones de té, café y especias. Esas plantaciones sobreviven aun, y cubren las vastas superficies en las tierras altas de la isla. Hoy en día son propiedad estatal y son operadas por trabajadores agrícolas contratados por el gobierno central. Las plantaciones de té se interrumpen para dar paso a inmensos campos de arroz cultivados con las mismas técnicas tradicionales que hace cientos de años. Es aparente la prodigiosa fertilidad de estas tierras. Indonesia consume 50 millones de toneladas de arroz por mes y la mayor parte se produce en esta zona. En la ruta abundan los puestos de venta de frutas tropicales, mangos, piñas, bananas, melones, por momentos pienso que estoy viajando por la ruta a Santo Domingo de los Colorados.
Llego a la base de la montaña pasadas las 4pm. En ella se encuentra la entrada al parque nacional Gede Pangrango y está a una altitud de 1500msnm. La ascensión a la cumbre representará una considerable ganancia de altitud, 1519 metros verticales. En comparación, para alcanzar la cumbre del Cotopaxi desde el refugio es necesario ascender 1096 metros verticales. Este definitivamente será un buen entrenamiento!
Luego de registrarnos con los guarda parques, mi guía Inra y yo iniciamos la ascensión. El cielo está cubierto y amenaza lluvia, pero Inra insiste en que no tendremos problemas. Tenemos chompas impermeables, me dice, y siempre podremos refugiarnos en las pequeñas cabañas que están a poco más de una hora de marcha. La predicción se cumple, la lluvia empieza a caer casi al mismo tiempo en que llegamos a las desvencijadas cabañas. Están en ruinas, plagadas de insectos de todo tipo, pero tienen unas esteras en el piso y nos servirán bien como un refugio temporal. Se ha desatado una fuerte lluvia tropical. Parece que el cielo se nos viene encima. Aprovecharemos para dormir unas horas mientras la tormenta amaina. Afortunadamente traje conmigo la funda de bivouc, no será una protección muy efectiva para el frío pero definitivamente mantendrá a los insectos lejos de mí.
Día 10, 10/11/07: La ascensión al volcán más alto del oeste de Java, segunda parte. Es la 1.30am. La lluvia ha dejado de caer. Inra y yo nos preparamos para continuar el ascenso. Hace frío. Empezamos a caminar por el sendero que se adentra más y más en el espeso bosque tropical. Apenas podemos ver uno metros adelante gracias a las linternas que llevamos. Le pregunto a Inra sobre la fauna que habita el lugar. La lista incluye una gran variedad de pájaros, monos, una especie particular de venados, serpientes y hasta leopardos. Inra me pregunta si alguna vez he tenido un encuentro cercano con un animal salvaje. Afortunadamente no, le digo, y espero que eso siga así. Él, por su parte, fue perseguido una vez por un tigre en su isla natal, Sumatra. Escapó a sus garras de milagro trepando a un árbol. Bueno, si un leopardo nos ataca, usaremos la misma táctica para escapar, no hay problema.
La ascensión es más dura de lo que me imaginé. Es un volcán muy empinado y el bosque tropical por el cual debemos abrirnos paso es muy espeso. Los ruidos de animales nos acompañan durante toda la noche. Es toda una experiencia. Pasamos junto a un lago, luego escuchamos varias cascadas; Casi al amanecer, a una altura de 2500 metros encontramos vertientes de aguas termales, el vapor que producen envuelve la vegetación y crea un ambiente casi mágico. El agua debe tener una temperatura de al menos 60 grados centígrados.
La última parte de la ascensión se me hace interminable. Es como una gigantesca escalera entre árboles gigantes cubiertos de lianas. El esfuerzo es enorme, la temperatura y la humedad sofocantes. 8.30am. Estamos en el punto más alto del Pangrango. Imposible ver el cráter, la montaña ha sido envuelta por una densa neblina. Luego de alimentarnos e hidratarnos, Inra y yo iniciamos el descenso. Nos tomará otras 7 horas de esfuerzo continuo regresar hasta la entrada al parque.
Día 11, 11/11/07: La espera continúa: De vuelta en Yakarta, me pongo en contacto con Ferdinand. Tiene noticias alentadoras. Las cosas se ha normalizado en Timika y ha contactado a otro escalador interesado en hacer la cumbre de la Pirámide. Todavía no tiene confirmación pero piensa que podremos viajar a Papua el 17 de Noviembre.
Día 12, 12/11/07: Otro día en Yakarta: Un nuevo contratiempo, el otro escalador perdió el interés. Ferdinand me informa que no puede cubrir sus costos de operación con un solo escalador. Debo encontrar una manera de llegar a la montaña.
Día 14, 14/11/07: El desastre parece inevitable:
Ferdinand se comunicó conmigo. Me informó que mi permiso para realizar el trekking de aproximación a la montaña, el Suran Jalan, expiraba en esa fecha. Todo el esfuerzo realizado durante el año anterior a mi viaje parecía haberse perdido. No en vano la Pirámide de Carstensz ha sido catalogada coma la más esquiva de las Siete Cumbres.
- “Ferdinand, he esperado cuatro años para tener la oportunidad de escalar la Pirámide, hemos trabajado en esto muy duro, no podemos darnos por vencidos, debe existir una alternativa”.
- “Lo siento, pero por ahora no puedo ayudarte. Quizá podamos volver a intentarlo en diciembre, podría trabajar en obtener un nuevo permiso para entonces”.
- “Esa no es una opción Ferdinand, mi visa me permite permanecer en Indonesia por un total de 30 días, y aun si fuera posible obtener una extensión, yo debo regresar a mi trabajo el 28 de noviembre. Por otro lado tengo un compromiso con mis patrocinadores. Si no logramos encontrar una alternativa pronto, es casi seguro que yo no tenga otra oportunidad”.
- “Uhm. Es arriesgado y será más costoso, pero podríamos intentar una aproximación por el territorio prohibido hacia el suroeste de la montaña. Si tomamos esta opción, no puedo garantizar que logremos llegar a la montaña o tu seguridad personal”.
- “Estoy dispuesto a tomar el riesgo, no he viajado medio mundo para darme por vencido sin darle mi mejor esfuerzo. ¡Hagámoslo!”.
Ferdinand y yo acordamos los nuevos términos. Él viajaría a Papua el día siguiente para hacer los arreglos necesarios. Yo debía permanecer en Jakarta y esperar noticias hasta el 17 de noviembre. Pasaron otros tres días de angustiosa espera.
Día 16, 16/11/07: Con rumbo a Papua, finalmente.
Al final de la tarde del viernes 16 de noviembre, un colaborador de Ferdinand me encontró en mi hotel. Traía buenas noticias, yo podría viajar a Papua en la madrugada del 18 de noviembre. Un conductor me recogería en el hotel a las 3am para llevarme al aeropuerto. Sería un viaje por aire de seis horas. Ferdinand me esperaría en el aeropuerto de Timika para facilitar mi entrada.
Día 18, 18/11/07: Las 3 horas más angustiosas de mi vida.
El día empezó muy temprano. Mi vuelo partió a las 5.30am y aterrizó en Papua a la 1.45pm, hora local. La diferencia horaria entre Jakarta y mi destino era de dos horas.
El pequeño y desorganizado aeropuerto estaba desbordado, el mal tiempo había causado un retrazo en los vuelos y cuatro aviones habían aterrizado casi simultáneamente. Esto había causado una aglomeración de pasajeros que facilitó mi discreto paso por los puntos de control. Por supuesto, Ferdinand caminaba frente a mí, asegurándose de que los policías miraran hacia otro lado. Debía guardar un perfil bajo y no levantar ninguna sospecha.
Luego de salir del aeropuerto nos dirigimos hacia un pequeño restaurante. Ferdinand me había hablado de la excelente comida de mar que se podía disfrutar en Papua. Me ofrecieron una sopa de pescado y calamar, acompañada por una fuente de camarones en ajo como los que se comen en nuestro Ecuador. Me quedé sorprendido al saber que Papua es uno de los mayores productores mundiales de esos camarones tan grandes y exquisitos. Luego de ser capturados en las aguas de Papua, los crustáceos son vendidos en alta mar a buques chinos, taiwaneses y australianos para luego ser revendidos en los mercados internacionales donde compiten en calidad con los nuestros. Este es un pequeño mundo lleno de sorpresas, pensé.
Luego de terminar el festín, Ferdinand me describió las líneas generales de cómo se realizaría la operación de infiltrado a través del territorio prohibido. Siempre cuidadoso de no revelar demasiados detalles, me explicó que yo atravesaría la zona al amparo de la oscuridad de la noche y escondido en un transporte especial. La operación comenzaría a una hora indeterminada, una vez que sus contactos le confirmaran que las condiciones eran favorables. Yo sería custodiado por dos elementos armados.
Ferdinand recibió la llamada que confirmaba el inicio de la operación a las 7.30pm. A las 8.30pm habíamos llegado al sitio donde debía abordar el transporte especial. Fue cuando supe que Ferdinand no me acompañaría durante el resto del viaje. “Yo no soy el guía” me dijo. “Todo estará bien. Estos guardias te acompañaran hasta Zebra Wall”. Ese nombre me era familiar, pensé que no sería difícil encontrar el camino hasta el campo base desde ahí. Antes de que yo abordara el transporte, Ferdinand me recordó que debía permanecer oculto hasta que quienes me custodiaban me indicaran que habíamos llegado al destino. Además debía seguir sus instrucciones sin cuestionarlas. “No debes hacer nada que los alarme”, me dijo, “ellos no dudaran en hacer uso de sus armas”. No puedo divulgar más detalles de lo que fue la experiencia de atravesar el territorio prohibido, solo diré que las tres horas y media que tomó esa travesía han sido las más angustiosas que yo recuerde haber vivido. En ese lapso de tiempo ascendí de 300msnsm hasta 3900msnm. Pasadas las 11.30pm, el transporte especial me depositaba en el límite opuesto del territorio prohibido.
Para mi sorpresa, ahí me esperaba Jhonny, quien había sido el cocinero de una expedición comercial que había ingresado al campo base de la Pirámide en helicóptero unos días antes; Él era uno de los miembros del equipo que lideraba Ferdinand. Jhonny me acompañaría el resto del camino hasta el campo base, un trekking de aproximadamente dos horas y media que nos haría ganar otros trescientos metros de desnivel vertical. Jhonny no estaba en su mejor forma y su paso era lento. La lluvia y la oscuridad de la noche dificultaban la orientación en este territorio extraño. Poco a poco fuimos ganando altitud y cubriendo la distancia sobre terreno pantanoso, páramo y rocas. A las 2.30am finalmente estaba instalado en mi tienda y podía descansar dentro de mi saco de dormir. La agotadora jornada había terminado. O eso pensé.
Día 19, 19/11/07: Frente a mi objetivo
He dormido muy poco. El frío intenso penetró con facilidad la delgada capa aislante de mi saco de dormir y he temblado toda la noche. A las 9am Jhonny vino a buscarme a mi tienda. Lo acompañaba Denny, otro colaborador de Ferdinand, quien había sido el guía de la expedición internacional de días anteriores. Los organizadores de esa expedición internacional habían subcontratado la logística con el equipo de Ferdinand. Denny se presentó e inmediatamente surgió una camaradería entre él y yo.
Durante el desayuno aproveché para conocer más acerca de mis compañeros. Luego de desayunar fui a reconocer la ruta hasta la base de la Pirámide e identificar la línea de ascenso para el ataque a la cumbre. Denny no quiso acompañarme. Se sentía fatigado y había hecho ese trayecto muchas veces. El campo base se encontraba en un valle aledaño a aquel que está flanqueado por la pared Norte de la Pirámide. Me dirigí hacia el sur, ascendiendo hasta la arista que divide los dos valles. Desde ahí pude ver con claridad la línea de ascenso. La pared Norte se elevaba imponente desde el fondo del valle, de manera casi vertical, unos ochocientos metros hasta terminar en la arista de cumbre. Finalmente tenía frente a mí al coloso más alto de Oceanía. Al siguiente día se daría nuestro encuentro definitivo.
Regresé al campo pasada la 1.30pm. Jhonny se había esmerado en la preparación de un nutritivo almuerzo. Denny me anunció que debíamos abandonar el campo base en la tarde del siguiente día, pues el transporte especial que nos sacaría de Zebra Wall a Timika a través del territorio prohibido nos recogería en algún momento entre las 8 y las 10pm. Por esta razón debíamos partir con rumbo a la cumbre a más tardar a las 4am y procurar estar en la cumbre a más tardar a las 10am. Durante el resto de la tarde, procuré descansar y relajarme. La jornada del día siguiente sería otra agotadora prueba de resistencia.
Día 20; 20/11/07: El ascenso a la cima más alta de Oceanía
A las 4.30am, luego de desayunar e hidratarnos, Denny y yo partimos hacia el sur con rumbo a la pared Norte de la Pirámide. Hacemos el trekking hasta su base en menos de una hora, a un paso muy ligero. Una vez en la base, nos ponemos los arneses y cascos de protección, y verificamos el material. Denny será el fotógrafo y camarógrafo. Nos alternaremos en la punta para realizar el ascenso con rapidez y seguridad. Debemos llegar a la cima en cuatro horas o menos y regresar al campo base a más tardar a la 1.30pm. Estamos listos.
Vista desde este ángulo la Pared Norte luce aun más intimidante. Al inicio de la escalada es necesario superar un contra plomo, lo hacemos con solvencia. La roca caliza es extremadamente áspera y muy dura. No faltan los puntos de apoyo, las suelas de mis botas tienen una excelente fricción. Una tras otra negociamos las chimeneas que conducen hasta nuestro objetivo. En las secciones más expuestas no puedo evitar pensar en lo afiladas que están las cuchillas de piedra que forman las paredes de esta montaña. Un resbalón y la caída subsiguiente seguramente causarían profundos cortes en el cuerpo de cualquier escalador al deslizarse sobre ellas. Mi concentración se agudiza con cada movimiento.
A las 7.45am alcanzamos una gran repisa que precede la última sección técnica antes de la arista de cumbre. Una pared casi vertical, son unos 60 metros los que nos separan de ella. Treinta minutos son suficientes para negociar esta sección. A las 8.15am alcanzamos la arista de cumbre. Desde aquí proseguimos hacia el este, sobre una superficie formada por innumerables agujas de roca caliza, hasta que súbitamente llegamos a una ancha y profunda grieta. La cruzamos usando la tirolina instalada, deslizándonos unos 25 metros sobre las cuerdas, colgados de la polea sobre el vacío a gran altura. Esta tirolina ha sido la más larga y ardua que yo haya realizado.
La maniobra en la tirolina consume una enorme cantidad de energía. Estoy agotado y todos los músculos de mi cuerpo tiemblan. Mi concentración flaquea. La siguiente sección hacia la cumbre guarda todavía un paso delicado, otra grieta de poco más de un metro de ancho que requiere de un descuelgue y un salto de un metro entre dos rocas sobre el vacío. Mi confianza me traiciona. Debo sobreponerme. Adelante, la cumbre esta cerca. Tardo en recuperar mi ánimo pero finalmente logro. Supero el obstáculo. El camino a la cumbre está ahora totalmente despejado. Unos pasos más y ya esta. A las 9.55am, me convierto en el primer ecuatoriano en pisar la cumbre más alta de Oceanía. Orgullosamente hago flamear la bandera de Ecuador en la cima de la Pirámide Carstensz. La alegría me desborda, Denny y yo disfrutamos por 40 minutos de las espectaculares vistas; Hemos logrado la mitad de nuestra misión, son las 10.30am, ahora debemos descender con rapidez y seguridad.
Uno tras otro realizamos los descuelgues hasta la base de la montaña. La técnica y precaución aplicadas nos permiten descender hasta el valle con solvencia y seguridad. A la 1.30pm, tal como habíamos planeado, estamos ya de vuelta en el campo base, donde Jhonny nos espera con un sustancioso almuerzo. Es una justa recompensa al esfuerzo realizado. Luego de reponer las energías, desmontamos el campamento. Es un atardecer idílico en el Valle Amarillo, donde se instaló el campo base. Lamento no poder quedarme unos días para explorar estos valles que a momentos me recuerdan un paisaje lunar y escalar otros picos de la zona. El Ngapalu, la segunda cima más alta de Oceanía está a medio día de camino, esa montaña guarda el último remanente de los gigantescos glaciares tropicales que una vez cubrieron toda esta zona. Quizá sea bueno, así tendré una razón para volver. A las 5pm, con mochila al hombro emprendemos el camino cuesta abajo hacia Zebra Wall. A las 6.30pm llegamos al punto donde nos recogería el transporte especial. A las 9.30pm nos embarcamos con rumbo a Timika. Podía finalmente relajarme y disfrutar la satisfacción de haber realizado el primer ascenso ecuatoriano a la cima más alta de Oceanía, y mi sexta cumbre en el proyecto Siete Cumbres – Ecuador Sin Limites. He dado un gran paso hacia la conclusión exitosa del mismo.